Conozca los detalles:
Tome medidas en su casa para que los medicamentos no estén al alcance:
Haga un inventario de las recetas de la familia: ¿Puede alguna de las medicinas recetadas ser adictiva o abusada?
Guarde los medicamentos recetados para el dolor en un lugar que solamente usted pueda acceder. Si es posible, guarde todos los medicamentos, recetados y sin receta, en un gabinete con candado u otro lugar seguro que sus hijos no puedan acceder.
Si su hijo tiene una receta, retenga el paquete original de las pastillas.
Haga un inventario con regularidad (o sea, verifique cuántas pastillas quedan) de cualquier medicamento recetado que tenga en su casa.
Deseche los medicamentos recetados que sobren (sin usar) – pero hágalo de manera segura.
También puede traer los medicamentos sin usar a lugares donde pueda desecharlos. Encuentre uno en su ciudad o en un lugar cercano para desechar de manera segura sus medicamentos recetados que sobren.